Todo es energía, incluso la prosperidad que todo el mundo anhela, y que casi siempre se identifica con la imagen del dinero.
El dinero solo no aporta verdadera prosperidad, si los límites mentales de tus creencias no se corresponden con la apertura mental de pensamiento necesaria para que tus relaciones, salud y economía sean óptimas.
Hasta que no seamos capaces de crear prosperidad, no eliminaremos el miedo a perder lo que tenemos y seremos libres para poder administrar y hacer crecer nuestra abundancia en todos los ámbitos de nuestra vida.