Calles vacías, comercios cerrados, carreteras desiertas, hospitales desbordados, soledades compatidas, solidaridad…
…y desde casa el canturreo de los pajarillos, las palomas caminando por el paso de cebra del asfalto, el dulce sonido de la lluvia amortigüado al caer en la tierra, también se oye el alegre discurrir del riachuelo hasta ahora silenciado por el ruido de los motores de los coches, el olor a primavera, la limpieza del aire de nuestra ciudad sin su boina habitual.
Por la noche, el silencio absoluto y el claro parpadeo o la fijeza de las luces de los pueblos en la falda de la montaña, que casi deja adivinar el deambular de la brisa unas veces y el correr del viento o la ausencia de éste, otras…
Ya que nuestro silencio, aunque forzado nos permite escuchar a la naturaleza, disfrutemos de ello, independientemente de que aprendamos para no repetir la historia, valoremos lo que nos aporta esta nueva situación.
Paz, Amor, Fuerza, y Ánimo para los enfermos y los familiares de los fallecidos y mi deseo de la pronta superación de esta situación.
La Salud y la Paz sean contigo.
